El vínculo entre el calentamiento global y la sequía existe, pero es complejo de establecer. De hecho, el calentamiento global del planeta puede manifestarse de manera diferente según la región.

El verano de 2022 estuvo marcado por extremos climáticos que afectaron a todo el mundo. El Cuerno de África (Etiopía, Kenia, Somalia) está experimentando una de las peores sequías de los últimos cuarenta años, con dramáticas consecuencias para más de 30 millones de habitantes que padecen hambre. Este año está lejos de ser aislado: en los últimos 50 años, África ha registrado un total de 1 amenazas climáticas importantes (principalmente inundaciones, olas de calor e incendios, sequías) que han causado 695 muertes y pérdidas económicas de 731 747 millones de USD. (Cifras de la Organización Meteorológica Mundial).

Si bien las sequías representan solo el 16 % de estos peligros climáticos, son responsables de más de una cuarta parte de las pérdidas económicas y, sobre todo, del 95 % de todas las muertes.

¿Estas sequías empeorarán con el calentamiento global antropogénico? Estamos tentados a afirmarlo, pero algunas reservas son necesarias porque el vínculo entre la sequía y el calentamiento global es ciertamente más complejo de establecer que para las otras amenazas climáticas que amenazan la región.

La sequía es un período prolongado de déficit de precipitaciones que conduce a la escasez de agua con repercusiones negativas en las poblaciones, los ecosistemas o sectores de actividad como la agricultura, el turismo, el transporte y/o la energía. Hablamos :

Los desarrollos históricos y escenarios futuros las sequías difieren mucho según el tipo de sequía considerado. Así, son pocas las regiones de África donde se ha observado un aumento significativo de sequías meteorológicas desde la década de 1950 (en el Oeste, Centro y Sureste del continente) mientras que casi todo el continente ha experimentado sequías ecológicas y agronómicas más severas.

Por otro lado, solo se pudo detectar un aumento de las sequías hidrológicas en África occidental. Con un calentamiento que llega a +2°C y a fortiori +4°C, todas las categorías de sequías están aumentando, en particular las sequías ecológicas y agronómicas en el norte y Sudáfrica, bajo el efecto del aumento de las temperaturas que aumentan la transpiración de las plantas y actúan sobre evaporación y olas de calor concomitantes con sequías que degradan fuertemente la vegetación.

No obstante, es posible que parte de los efectos negativos de este aumento de las sequías sobre la producción de cultivos sea compensado por el efecto del aumento de las concentraciones atmosféricas de CO2, lo que conduce a una mayor eficiencia en el uso del agua en las plantas.

La evolución de las sequías en África dista mucho de ser homogénea. Con un calentamiento que alcanza los +2 °C a +4 °C, los modelos climáticos simulan un empeoramiento significativo de las sequías en Sudáfrica y el norte de África y, en menor medida, en África occidental (particularmente en Senegal, Gambia y Mauritania).

Esta tendencia no se simula en África Central ni en el Cuerno de África, regiones en las que, por el contrario, las sequías podrían disminuir con un aumento de la temperatura global de +2°C o +4°C. El Cuerno de África es, sin embargo, una región en el centro de la preocupación por haber sido golpeada por sequías mortales en los últimos dos años.

De hecho, Kenia, Tanzania y Etiopía están experimentando una disminución significativa de las lluvias largas de marzo a mayo, que comenzaron en la década de 1980. Sin embargo, los modelos climáticos, por el contrario, simulan un aumento de estas lluvias primaverales en el Cuerno de África como resultado consecuencia del aumento de los gases de efecto invernadero. Esto es lo que los climatólogos han llamado el Paradoja de África Oriental.

En junio de 2021, el sur de Madagascar se vio gravemente afectado por una sequía extrema que provocó que más de un millón de personas sufrieran hambre. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) había descrito esta grave crisis alimentaria como primera hambruna debido al calentamiento global causado por las actividades humanas. Este mensaje fue ampliamente difundido en los medios de comunicación y por el presidente de Madagascar durante la COP26 en Glasgow en noviembre de 2021.

Sin embargo, el vínculo entre el calentamiento global y esta sequía ha sido negado por un estudio de atribución reciente lo que demostró que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero no hacía más probable la ocurrencia de tal sequía. La atribución de eventos extremos, como las sequías, es una disciplina reciente, basada en la observación y modelización del clima, que busca conocer las causas de estos fenómenos. Ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años debido tanto a nuevas metodologías, nuevos modelos, mayor capacidad de cómputo, como a la creciente demanda del público en general y de los tomadores de decisiones deseosos de conocer la responsabilidad del calentamiento global en eventos extremos.

Le Atribución del clima mundial es una red de científicos internacionales que realiza un gran número de estudios de atribución sobre los eventos extremos más recientes alrededor del mundo (olas de calor, lluvias intensas, olas de frío, sequías, tormentas). De las 17 olas de calor que se han estudiado desde 2016, se ha demostrado sistemáticamente el impacto del calentamiento global en la probabilidad e intensidad del evento.

La World Weather Attribution también concluye que el calentamiento global es responsable de ocho eventos de lluvia intensa de los nueve eventos analizados.

Por otro lado, el vínculo entre la sequía (sea del tipo que sea) y el cambio climático es más incierto, particularmente en África. De hecho, no pudo establecerse en casi todas las sequías recientes en África (Cuerno de África, Madagascar), con la excepción de las ocurridas en Sudáfrica.

En esta región, una persistente sequía de varios años casi provocó la “día cero” en Ciudad del Cabo, es decir el día en que se habrán agotado todas las reservas de agua de la ciudad. Así se ha demostrado que esta sequía se ha hecho 5 o 6 veces más probable por las emisiones de gases de efecto invernadero por el aumento de emisiones y que un nuevo “día cero” tendrá un 80% de posibilidades de producirse si las emisiones siguen creciendo.

Las dificultades para identificar tendencias confiables sobre las sequías y para identificar el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero en la frecuencia y amplitud de estos eventos en África se deben en gran medida a una red de observación de mala calidad en comparación con otras regiones del mundo.

De hecho, la observación regular, a largo plazo y bien distribuida en el espacio es la clave para monitorear y comprender el cambio climático. En el sistema global de monitoreo del clima, Red de Superficie del Sistema Global de Observación del Clima (GCOS GSN), el continente africano se destaca ampliamente de los demás en términos de calidad de la red de medición. no cuenta en 2019 del 26% de los resorts que cumplen con los estándares de la Organización Meteorológica Mundial, con un 35% de estaciones no operativas.

Esta carencia a menudo se compensa con el uso de Sensores remotos. Esto es esencial para monitorear la humedad del suelo, la vegetación y las precipitaciones, pero no nos permite retroceder lo suficiente en el tiempo para reconstruir las tendencias históricas de los eventos extremos.

Debido a estos datos raros, pero también a la alta variabilidad natural de las precipitaciones en África, es muy difícil evaluar el rendimiento de los modelos climáticos y simular la evolución histórica de estas sequías, lo que hace que los estudios sean complejos, si no imposibles, de atribución. . Además, los diferentes modelos climáticos de la Ejercicios CMIP sobre la evolución futura de las precipitaciones en muchas partes de África no existe un consenso generalizado. Una mejor estimación de la evolución de las sequías bajo el efecto del calentamiento global requerirá necesariamente una mejora en la red de observación y modelos climáticos.

Aunque el vínculo entre la sequía y el cambio climático en África está lejos de ser obvio, el riesgo que representa un posible empeoramiento de la frecuencia, intensidad y extensión de las sequías es extremadamente alto en el continente. Este riesgo se combina con otros peligros comprobados inducidos por el calentamiento antropogénico que amenazan al continente, como olas de calor, lluvias intensas e inundaciones mortales.

Por ejemplo, durante 2021, el Sahel experimentó tanto una sequía severa en junio-julio, con repercusiones dramáticas en la seguridad alimentaria, ya debilitada por el aumento de los precios y los problemas de seguridad, como grandes inundaciones un mes después, en agosto. El daño causado por estos peligros en cascada a menudo se ve amplificado por los medios limitados para enfrentarlos. La adaptación será sin duda la clave de la resiliencia del continente africano al clima de hoy y de mañana y estará en el centro de los debates de la COP27 que tendrá lugar… en África.

Este artículo se publica como parte de la Fête de la science (que tiene lugar del 7 al 17 de octubre de 2022 en Francia continental y del 10 al 27 de noviembre de 2022 en el extranjero e internacionalmente), y de la cual The Conversation France es socio. Esta nueva edición tendrá como lema: “Cambio climático”. Encuentre todos los eventos en su región en el sitio Fetedelascience.fr.

benjamin sultan, Director de Investigación del laboratorio ESPACE-DEV (Montpellier), Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD); cristina raymond, geógrafo, Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne y gilles boulet, investigador del IRD en el Centro de Estudios Espaciales de la Biosfera (CESBIO), Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD)

Este artículo ha sido publicado de nuevo. La conversación bajo licencia Creative Commons. Lee elarticulo original.

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