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2022-10-22 20:47:17 By : Ms. amy zhang

La cocina al horno proporciona varias ventajas: por ejemplo, los nutrientes se conservan mejor y el sabor de los alimentos se ve potenciado. La duda surge cuando no se está completamente seguro de qué temperatura tiene que alcanzar la comida para que quede en su justo punto y sea posible disfrutar de un delicioso plato, sobre todo si vamos a preparar una carne y no queremos que quede seca o se cocine en exceso. Por suerte, existe un accesorio que resulta muy práctico para este tipo de situaciones y al que le podemos reservar fácilmente un hueco en la cocina: hablamos de los termómetros para el horno.

En el caso de los modelos digitales, que son los que hemos elegido para este artículo, su funcionamiento es bastante similar. Están provistos de una sonda con un cable que hay que acoplar al termómetro, de modo que cuando introducimos la sonda en el interior del alimento que se está cocinando la pantalla refleja la temperatura que registra en tiempo real. Además, existe la opción de programar este valor para que cuando la comida lo haya alcanzado se nos avise a través de una señal acústica. Suele ser habitual, además, que incluyan una función de temporizador y una memoria con varias temperaturas preestablecidas que podemos usar como referencia para preparar diferentes tipos de carne.

La siguiente selección está formada por estos modelos: Cocoda DT-108 (9), Lacor  62498 (8), ThermoPro TP04 (9) y Umi Essentials (8,5). Han sido valorados a partir del análisis de los siguientes aspectos:

-    Diseño: no desde el punto de vista estético, sino de la calidad de construcción y materiales de la estructura principal. En todos predomina el plástico, pero la calidad de algunos es mejor que la de otros.

-    Sonda: ¿cómo es esta sonda y su calidad?, ¿el cable que conecta al termómetro tiende a enredarse?

-    Rendimiento: si el termómetro de cocina responde a nuestras necesidades y funciona correctamente.

-    Resultado final: si tras utilizarlo, los alimentos se han cocinado bien.

A lo largo de varias semanas, hemos utilizado cada uno de estos cuatro modelos en la elaboración de varias recetas donde hemos cocinado sobre todo distintas carnes. Así, hemos comprobado cómo funciona cada uno de ellos y el resultado final de la receta, siempre guiándonos por las temperaturas que previamente seleccionábamos. De este modo, cuando la carne alcanzaba este valor, el termómetro de cocina nos avisaba que el plato ya estaba listo para comer.

Se ha producido un doble empate entre los modelos Cocoda DT-108 y ThermoPro TP04. De hecho, han obtenido idénticas valoraciones en cada uno de los campos analizados. Se equiparan no solo en calidad de fabricación (son los mejores) sino en la medición de las temperaturas y en el resultado final del plato.

Disponible en color naranja, enseguida llama la atención. No tanto por la tonalidad que baña la estructura sino porque tiene la particularidad de poder utilizarse con dos sondas a la vez. Es su principal reclamo, sobre todo si tenemos en cuenta que es la opción más económica de la comparativa. Ha sido, por otro lado, uno de los modelos que más rápido responde (junto al dispositivo ThermoPro TP04) al monitorizar la temperatura registrada y se agradece que el fabricante haya incorporado una función de apagado automático. De este modo, si tras 10 minutos de inactividad el termómetro no detecta nada, se apagará con la ventaja añadida de ahorrar en batería y prolongar la vida útil de sus dos pilas AAA.

Cambiar entre los modos termómetro y temporizador es muy sencillo desde la opción ‘Mode’. Además, cuenta con distintas temperaturas preestablecidas para diferentes tipos de carne y añade una opción específica para que establezcamos nuestros propios valores.

Este modelo digital funciona con una triple pila AAA que viene incluida. Está fabricado en plástico (su calidad es alta) y tiene un diseño de líneas rectangulares en el que destaca una pantalla LCD que se ve muy bien gracias a su tamaño: algo más de seis centímetros de ancho y cuatro centímetros de alto. Mientras, en la parte trasera incorpora un par de imanes para fijarlo a una superficie metálica (se adhiere muy bien), un agujero por si queremos colgarlo en la pared y un pequeño soporte abatible para dejarlo cómodamente por ejemplo en la encimera de la cocina. La calidad de la sonda nos parece correcta y el cable, que posee un metro de longitud aproximadamente, está preparado para soportar temperaturas muy altas como era de prever. Podemos olvidarnos, por otra parte, de los molestos enredos.

Admite tanto grados centígrados como Fahrenheit (de hecho, cuenta con un botón que permite cambiar entre una y otra medida) e incorpora un práctico temporizador de cuenta atrás que nos avisa a través de una señal acústica cuando llega a cero: tanto las horas como los minutos se seleccionan desde los controles situados debajo de su panel digital.  La función encargada de la medición de la temperatura de los alimentos se encuentra al lado de dicho temporizador. A este respecto, la configuración de la temperatura deseada es intuitiva.

Desde el punto de vista del diseño, comparte con el termómetro para horno ThermoPro TP04 la misma estética y como su oponente cuenta con un soporte plegable para colocarlo en una superficie plana horizontal, un agujero si decidimos colgarlo en la pared y un soporte magnético para fijarlo en una superficie metálica. Así, la primera de contacto es buena. Por su parte, la sonda funciona según lo previsto y la calidad de su acabado transmite sensación de buena calidad y resistencia.

En lo que respecta a su funcionamiento, la tarea de controlar la temperatura interna que alcanza el alimento ha resultado igual de sencilla que el resto: de un simple vistazo es posible consultar cuál es la temperatura en ese preciso instante y qué cifra hemos seleccionado como temperatura objetiva. En caso de duda, siempre podemos recurrir a las seis temperaturas que por defecto almacena su memoria (todo dependerá del tipo de carne que cocinemos). Una vez que el alimento alcanza la temperatura indicada, se activa la alarma para informarnos de ello. Tampoco falta la función de temporizador de cuenta atrás.

Una de las prestaciones más prácticas que ofrece es la función de alarma por temperatura, es decir, nos avisa cuando el alimento alcanza la temperatura que previamente hemos indicado en el termómetro. Ahora bien, la configuración de esta opción no es tan intuitiva como nos hubiera gustado, por lo que las primeras veces hay que echar mano del manual de instrucciones hasta que memorizas los pasos que hay que seguir para activarla correctamente.

El resto de prestaciones son bastante similares a otros termómetros de cocina de su categoría y la experiencia de uso fue bastante positiva, ya que cumple en líneas generales con lo que uno espera obtener de un accesorio de este tipo. También tiene a su favor que en su memoria guarda las configuraciones para diferentes tipos de alimentos, hasta 15. Por otra parte, el diseño nos parece acertado en cuanto a tamaño y peso. Que sea abatible es otro punto a destacar. Sin embargo, en cuanto a la calidad hay otras propuestas que nos parecen mejores.

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Llevo en el periodismo tecnológico casi dos décadas. En todo este tiempo, he tenido el privilegio de comprobar cómo avanza la tecnología para hacer que el día a día sea más fácil y contarlo en diferentes medios. Aunque ya he perdido la cuenta de cuántos productos han pasado por mis manos, confieso que las ganas y las sensaciones siguen siendo las mismas. Portátiles, tabletas, teléfonos, cámaras de fotos, pulseras de actividad, relojes inteligentes... No me pongo límites a la hora de elegir un dispositivo y exprimir al máximo sus posibilidades como buena consumidora de tecnología.

*Todos los precios de compra incluidos en este artículo están actualizados a 11 de septiembre de 2021.

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